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Los efectos de los contaminantes químicos

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LOS EFECTOS DE LOS CONTAMINANTES QUÍMICOS

Los efectos de los contaminantes químicos

Antes de empezar a hablar de los efectos de los contaminantes químicos, cabe destacar que las sustancias químicas están muy presentes en nuestro día a día y hay que saber que todas las sustancias químicas a las que nos exponemos representan un riesgo para nuestra salud. 

En realidad, todos tenemos el conocimiento de la peligrosidad de tratar con productos químicos día a día, pero a la vez somos conscientes de que no podemos desempeñar nuestra funciones diarias sin ellos. Como por ejemplo el uso de carburantes, medicamentos, conservantes alimentarios, disolventes, metales, plásticos, etc. son fundamentales para nuestro modo de vivir y a la que no queremos realmente renunciar.

Por tanto, y como en tantos aspectos de la vida, en esta cuestión hay que ser consciente del riesgo que representa el uso de estos materiales y contraponerlo al beneficio que de este uso se extrae. 

¿Cómo entran los contaminantes químicos al organismo?

Hay que saber también que las sustancias químicas que nos rodean, llegan a nuestro organismo por dos vías principales:

  • La vía aérea, mayoritariamente al respirar aire que contiene contaminantes como partículas, gases, vapores, etc. Por ejemplo, gases de escape de automóviles, polvo de la calle, los humos de las industrias o del tabaco, etc. 
  • La vía digestiva, principalmente al ingerir alimentos que han incorporado sustancias químicas de forma accidental o voluntaria, o que se han formado en el transcurso de la vida del alimento. Por ejemplo, el mercurio en el caso del pescado o los hidrocarburos producidos por la combustión y en la cocina.

Exposición a disolventes

En relación a los efectos de los contaminantes químicos, vamos a empezar con los disolventes. Estos son de gran aplicación y utilidad a nivel industrial y doméstico. Todos ellos presentan considerables capacidades de producir efectos tóxicos, sobre todo para exposiciones prolongadas. Hay que evitar exponerse de forma gratuita si lo podemos evitar. 

En todos los productos de uso doméstico que contienen disolventes suele advertirse de su toxicidad y de la conveniencia de su uso en espacios ventilados. Regla de mucha importancia que a menudo se olvida de poner en práctica, sobre todo en situaciones cotidianas como cuando pintamos la casa, barnizamos un mueble, etc.

Mercurio en el pescado

Para terminar con los efectos de los contaminantes químicos, vamos a hablar sobre el mercurio del pescado. Este es un tema que preocupa especialmente en relación a la sensibilidad de los niños antes y después del nacimiento, ya que hasta que su sistema nervioso central no está acabado de desarrollar, muestran una especial sensibilidad a este y a otros neurotóxicos. 

Este es un tema de vital importancia y de delicado tratamiento de cara a la población, ya que en términos de beneficio-riesgo se considera que el pescado es, dentro de alimentación saludable, una parte importante de la dieta e insustituible. Esto se debe, básicamente, a la calidad de su proteína y su grasa, con aminoácidos esenciales en cantidad más que adecuada, escasa cantidad de grasas saturadas y una importante proporción de ácidos grasos omega 3 y de vitaminas A, D, E , B6 y B12.

Así pues, hay que atender a las indicaciones de las agencias de salud cuando nos recomiendan en algunos aspectos especialmente importantes:

  1. Restringir la ingesta de pescado azul de gran tamaño, ya que es lo que más mercurio contiene, sobre todo en embarazadas, mujeres que tengan probabilidades de estarlo, que den el pecho y niños de hasta 3 años. Evitar la ingesta de pescado azul de gran tamaño: atún grande, pez espada, tiburón, lucio, etc. En los niños de 3 a 12 años hay restringir el consumo de estas especies a 50 g/semana o 100 g/2 semanas. 
  2. No disminuir en ningún caso la ingesta de pescado en general para evitar la pérdida de su valor nutritivo. Para todos, embarazadas incluidas, es conveniente comer pescado dos o tres veces por semana. 
  3. Mantener una dieta lo más variada posible en cuanto a productos diversos y sus orígenes, ya que así nos aseguramos de obtener todos los nutrientes que necesitamos y disminuiremos las posibilidades de estar frecuentemente ingiriendo algún alimento que esté especialmente contaminado.

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